Mientras los Kansas City Chiefs y los Philadelphia Eagles se preparan para disputar el Super Bowl LIX mañana 9 de febrero en Nueva Orleans, la emoción y las expectativas están por las nubes.
Pero no solo los equipos están en juego: el mundo de la publicidad también está en plena ebullición. Los anuncios para este Super Bowl ya han roto récords de costos, alcanzando cifras astronómicas. ¿Cuánto están dispuestas a pagar las marcas por unos segundos de atención en el evento deportivo más visto del año?
A lo largo de las últimas dos décadas, este evento ha experimentado una evolución sin precedentes, consolidándose como uno de los escaparates publicitarios más codiciados del mundo.
Desde el aumento vertiginoso en el costo de los anuncios hasta su impacto económico multimillonario, el Super Bowl se ha erigido como un evento que redefine las reglas del marketing, el entretenimiento y la economía.
El valor de los anuncios
Uno de los aspectos más llamativos del Super Bowl es el costo de los anuncios de 30 segundos, que ha experimentado un incremento exponencial en los últimos años.
En 2002, un paquete publicitario de 30 segundos costaba aproximadamente 2.2 millones de dólares. Para 2025, esa cifra se ha disparado a más de 7 millones de dólares, con algunos anunciantes llegando a pagar hasta 8 millones por el mismo espacio.
Este aumento del 218 % en poco más de dos décadas refleja no solo el valor creciente de la publicidad durante el evento, sino también la consolidación del Super Bowl como un fenómeno mediático global.
La tendencia alcista no muestra signos de detenerse, y se espera que en 2025 los precios sigan batiendo récords.
Este aumento no es casual. La demanda de espacios publicitarios durante el Super Bowl está impulsada por varios factores, entre los que destacan la exclusividad del evento, la audiencia masiva que congrega y la capacidad de las marcas para generar conversaciones globales a través de anuncios creativos y memorables.
Las empresas saben que la atención del consumidor está cada vez más fragmentada debido al auge de las plataformas de streaming y las redes sociales, y en ese contento, el Super Bowl sigue siendo uno de los pocos eventos capaces de reunir a más de 120 millones de espectadores en un solo momento.
Los anuncios del Super Bowl no son simples comerciales, son un espectáculo en sí mismos.
La NFL llegó a un récord de 600 millones de dólares en ingresos por anuncios vendidos en el Super Bowl de la temporada pasada, aunque el crecimiento ha sido sostenido desde 2020. El único bache fue en las campañas 2018 y 2019, cuando la cifra bajó de 430 en 2017 a 341 y 339 millones de dolares en los años antes mencionados, según un informe de Statista.
Estos spots suelen ser el resultado de meses de planificación y creatividad, y su impacto va más allá de la pantalla.
En la era digital, los comerciales del Super Bowl se convierten en tendencias en redes sociales, generan debates y se viralizan en plataformas como YouTube, TikTok y Twitter.
Este fenómeno amplifica el alcance de los anuncios y permite a las marcas maximizar el retorno de su inversión. La edición de 2024, transmitida por Fox, atrajo a más de 115 millones de televidentes.
Además, la transmisión gratuita del evento a través de plataformas streaming amplía aún más el alcance de los anuncios, permitiendo que lleguen a una audiencia más diversa y global. Este enfoque multiplataforma ha convertido al Super Bowl en un escaparate publicitario único, donde las marcas no solo buscan vender productos, sino también generar conexiones emocionales con los consumidores.
Fuente: Mercado