El Senado de Estados Unidos confirmó a Pam Bondi como fiscal general en la Administración de Donald Trump, con 54 votos a favor y 46 en contra. Bondi, ex fiscal general de Florida (2011-2019), reemplaza a Matt Gaetz, quien renunció en medio de escándalos.
Su nombramiento refuerza la cercanía de Trump con sus aliados de confianza, ya que Bondi formó parte de su equipo de transición en 2017 y defendió al expresidente durante su primer juicio político en 2020.
Durante su audiencia de nominación ante el Senado, Bondi aseguró que su prioridad será mantener la independencia del Departamento de Justicia, sin influencias políticas, incluido el poder ejecutivo.
También prometió reforzar la seguridad en la frontera con México, combatiendo el tráfico de fentanilo, la violencia de pandillas y otros delitos relacionados con la inmigración. Su enfoque en estos temas refleja las políticas de línea dura que Trump ha impulsado en su retorno al poder.
Bondi también se comprometió a eliminar la “politización” dentro del Departamento de Justicia y restaurar la confianza en la institución.
Aseguró que tomará medidas contra cualquier funcionario que actúe de manera inapropiada y que trabajará para fortalecer el sistema judicial del país. Con su nombramiento, la administración Trump consolida su estrategia legal y política para los próximos años.