Estados Unidos llevó a cabo un ataque aéreo en Saná, la capital de Yemen, dirigido contra una instalación clave de mando y control operada por los hutíes, según informó el Comando Central del Ejército (CENTCOM).
Esta instalación era utilizada para coordinar ataques contra buques de la Marina estadounidense en el mar Rojo y el golfo de Adén. El CENTCOM justificó la ofensiva como parte de su compromiso de proteger al personal estadounidense y garantizar la seguridad del transporte marítimo internacional.
Además del ataque reportado por CENTCOM, medios como Al Mayadeen señalaron que las fuerzas estadounidenses y británicas atacaron el Ministerio de Defensa yemení en el distrito de Al Ardi y el campamento de Al Hafa.
Estas acciones ocurrieron en el contexto de crecientes tensiones tras los ataques hutíes reivindicados contra buques y destructores estadounidenses en la región, alegando su participación en la «agresión contra Yemen».
Los ataques reflejan la escalada del conflicto en Yemen, donde los hutíes, respaldados por Irán, continúan enfrentándose a coaliciones lideradas por Arabia Saudita y apoyadas por EE. UU. y sus aliados occidentales. La situación complica aún más la estabilidad en el mar Rojo y el golfo de Adén, áreas clave para el comercio global.