El presidente chino, Xi Jinping, no estará presente en la ceremonia de investidura de Donald Trump el próximo 20 de enero, según informó CBS News. Aunque Trump invitó personalmente a Xi, la decisión de no asistir se enmarca dentro de las tensas relaciones entre Estados Unidos y China.
En su lugar, el embajador chino en Washington y otros funcionarios representarán a Pekín en el evento, manteniendo la tradición diplomática habitual.
La invitación a Xi, realizada fuera de los canales formales, sorprendió tanto a China como a los aliados de Estados Unidos. Este gesto ocurre en un contexto de creciente rivalidad entre las dos potencias, especialmente en temas comerciales, tecnológicos y de seguridad.
Mientras tanto, el Kremlin confirmó que Trump no extendió una invitación al líder ruso, Vladímir Putin, rompiendo las expectativas de quienes veían posible algún acercamiento simbólico.
De acuerdo con registros históricos, ningún jefe de Estado ha asistido a la toma de posesión de un presidente estadounidense, manteniéndose esta como una ceremonia estrictamente doméstica.
La ausencia de Xi y Putin refuerza este precedente, aunque destaca la particularidad de los gestos diplomáticos en el inicio del mandato de Trump, quien busca redefinir las relaciones con los principales actores internacionales.