Las Fuerzas Armadas de Rusia han reportado significativas bajas para las tropas ucranianas en los combates sostenidos en la provincia de Kursk. Según el Ministerio de Defensa ruso, más de 37.000 militares ucranianos han sido neutralizados entre muertos y heridos, además de la pérdida de gran cantidad de equipo militar, incluyendo tanques, vehículos blindados, artillería pesada y sistemas de guerra electrónica. Estas cifras reflejan la intensidad de los enfrentamientos en la región fronteriza, una de las más afectadas por el conflicto.
Entre las últimas 24 horas, Rusia asegura haber eliminado más de 300 soldados ucranianos y destruido material militar de alta tecnología, incluidos vehículos de combate Bradley de fabricación estadounidense.
Según el comunicado, los ataques rusos han apuntado a la desarticulación de las fuerzas ucranianas en puntos estratégicos, utilizando una combinación de artillería y tácticas terrestres avanzadas para minimizar sus capacidades ofensivas.
El Ministerio de Defensa de Rusia destacó que la operación de “destrucción de las formaciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania” sigue en curso. Estas declaraciones llegan en un contexto de creciente tensión y sin señales de una pronta resolución del conflicto.
La región de Kursk sigue siendo escenario de intensos enfrentamientos, mientras ambas naciones sostienen un conflicto que continúa escalando en pérdidas humanas y materiales.