Ninguna nación se engrandece si sus habitantes no tienen, precisamente, nacionalismo. El amor por la patria, frase que puede sonar solo proselitista, es mucho más que eso. Y se inicia en los pequeños actos, en conocer y cantar el himno, en respetar la bandera, en honrar a los próceres.
En un acto que ha generado indignación en San Pedro de Macorís, el busto de uno de los padres de la patria, Juan Pablo Duarte, fue encontrado cubierto de chicles. Sin duda se trata de cobardes que, si podrían enfrentarse mano a mano con el prócer, no serían capaces ni de levantar la vista del suelo.
El presidente del Instituto Duartiano en la provincia, licenciado Hilario López Zorrilla, condenó enérgicamente este acto, calificándolo de «bochornoso y traición a la patria». Las personas responsables de la acción aún no han sido identificadas.
“Haré las diligencias pertinentes para dar con el o los responsables de este acto antipatriótico”, expresó López Zorrilla. Los ciudadanos del municipio han manifestado su rechazo a esta acción, recordando la importancia de honrar a aquellos que lucharon por la independencia y el bienestar del país.