Piratas informáticos del gobierno chino intentaron acceder a los teléfonos de personas en las campañas de Donald Trump y Kamala Harris, según informaron fuentes cercanas al asunto.
Aunque no se confirmó si lograron ingresar a los dispositivos de los candidatos, se sospecha que algunos empleados fueron afectados. Este ataque cibernético también se dirigió a figuras destacadas del Partido Demócrata, como el personal de Chuck Schumer, líder de la mayoría del Senado.
La campaña de Trump fue alertada por el FBI tras la detección del ataque por parte de Verizon. Como medida de seguridad, varios miembros de alto rango recibieron teléfonos nuevos y comenzaron a utilizar dispositivos encriptados para comunicaciones sensibles.
El FBI notificó que también se han identificado ataques a otros estadounidenses prominentes, incluidos miembros de la prensa, en un esfuerzo que aparentemente abarca tanto a figuras republicanas como demócratas.
Los ataques de espionaje cibernético, según expertos, no son considerados una interferencia electoral directa, ya que es una práctica común de potencias globales para recolectar información.
Sin embargo, este evento subraya la vulnerabilidad de las campañas políticas y otros objetivos de alto perfil a los ciberataques extranjeros en el contexto de las próximas elecciones.