El expresidente Donald Trump ha intensificado su retórica antiinmigrante, proponiendo la pena de muerte para inmigrantes que cometan homicidios contra ciudadanos estadounidenses o agentes de la ley. En un mitin de campaña en Reno, Nevada, Trump declaró que pediría esta medida en caso de ser reelegido, reiterando una postura que también manifestó en un evento anterior en Aurora, Colorado. Trump ya había abogado anteriormente por la pena de muerte para traficantes de personas y drogas, en línea con su enfoque duro hacia la inmigración.
Trump ha utilizado estos comentarios como parte de su estrategia para criticar a la administración de Joe Biden, en especial a la vicepresidenta Kamala Harris, a quien ha intentado responsabilizar de la situación en la frontera.
En sus discursos, el expresidente retrata la inmigración ilegal como una amenaza para la seguridad y el bienestar de los estadounidenses, presentándose a sí mismo como la solución para “rescatar” ciudades que, según él, han sido “invadidas” por inmigrantes.
Estas declaraciones forman parte del endurecimiento de su mensaje en la campaña presidencial de 2024, en la que busca posicionarse nuevamente como un líder de mano dura contra la inmigración y el crimen, apelando a sus seguidores con un tono populista y confrontacional.