Al menos 22 personas, incluidas mujeres y niños, perdieron la vida en un ataque israelí en el campo de refugiados de Jabalia, en el norte de Gaza, el sábado. El ataque es parte de una ofensiva más amplia del ejército israelí en la región, cuyo objetivo es desmantelar las posiciones de Hamás. Sin embargo, miles de civiles palestinos han quedado atrapados en medio del conflicto, y la cifra de muertos continúa aumentando mientras la violencia persiste.
Ante el aumento de las víctimas, el ejército israelí emitió nuevas órdenes de evacuación para que los residentes del norte de Gaza, incluidos aquellos cerca de Jabalia, se trasladen hacia el sur del enclave. La organización Médicos Sin Fronteras ha denunciado que las evacuaciones y los ataques han dejado a miles de personas vulnerables, incapaces de escapar del área afectada por los intensos bombardeos.
En respuesta, Hamás condenó los ataques israelíes, describiéndolos como una “masacre” y parte de un “genocidio criminal” que cuenta con el apoyo de Estados Unidos. El grupo insurgente también afirmó que los bombardeos buscan castigar a la población palestina por su resistencia y por negarse a ser desplazada de sus hogares, en medio de una creciente crisis humanitaria.