Roy Edan, fotógrafo del sitio israelí de noticias Ynet. Michael, dejó a sus hijas para trabajar, pero debió volver rápidamente por la ferocidad de los ataques. Abigail, de 3 años, era una de sus niñas y estaba aterrada, pues había visto cómo un terrorista de Hamas asesinaba a su mamá, Smadar.
Roy tomó en brazos a la pequeña pero fue alcanzado por un disparo. Se desplomó en la entrada de su casa y la niña rodó tamibén. Sus hermanas pensaba que estaba muerta. Corrieron y se escondieron en un armario. Valientes, lograron llevar un teléfono al escondite y estuvieron en línea con una voluntaria durante 12 horas.
Mientras, Abigail, que estaba viva, quedó a merced de los terroristas. Desesperada quiso ir a casa de un amiguito del jardín pero, cuando vio al padre del niño, se asustó e intentó huir: estaba vestido con ropa militar.
El hombre, que iba a combatir, la calmó y la llevó a la habitación segura de su casa, donde estaban su esposa, Hagar, de 40 años, y sus hijos, Ofri, de 10, Yuval, de 9 y su amiguito Oriya.
A la mañana llegaron 15 terroristas de Hamas a la casa y subieron a la mujer y a los cuatro niños a un coche rumbo a Gaza. A la niña de 10 años la sacaron por la ventana para mostrarla a la gente.
Tras 51 días de cautiverio, sí, leíste bien, en el único acuerdo hasta la fecha entre Israel y Hamas, la niña fue liberada: actualmente vive con su tía. La faz más horrible de la crueldad de una guerra que, como todas las guerras, muestra que la idiocia no conoce fronteras.
Fuente: Infobae