El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha declarado que la eliminación del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, es clave para los objetivos estratégicos de Israel en la región.
Describiendo a Nasrallah como un «maestro asesino» y el motor central del «eje del mal» de Irán, Netanyahu señaló que su muerte es un ajuste de cuentas por los crímenes cometidos contra israelíes y ciudadanos de otros países.
Netanyahu afirmó que la eliminación de Nasrallah permitirá a Israel modificar el equilibrio de poder en Medio Oriente a largo plazo, y promoverá el retorno seguro de los residentes del norte de Israel a sus hogares.
Además, sugirió que la desaparición de Nasrallah podría facilitar la liberación de los rehenes israelíes retenidos por Hamás, ya que debilitaría el apoyo de Hezbolá al grupo palestino.
El primer ministro también advirtió que Israel tiene la capacidad de llegar a cualquier rincón de Irán o del Medio Oriente, destacando la fuerza y el alcance del país en la región.
Con la eliminación de Nasrallah, Netanyahu cree que Israel está un paso más cerca de alcanzar sus objetivos de seguridad y estabilidad.