El huracán Helene, ahora degradado a tormenta tropical ha dejado un saldo de 42 muertos, devastó zonas del sureste de Estados Unidos y las autoridades trabajan a contrarreloj para ayudar a quienes se encuentran atrapados en sus casas. El presidente, Joe Biden, firmó una declaratoria de desastres para los estados de Florida, Georgia, Carolina del norte, Carolina del sur y Alabama.
El fenómeno, que tocó tierra en Florida como huracán de categoría 4, trajo fuertes vientos y lluvias torrenciales y el Centro Nacional de Huracanes (NHC) ya había calificado las condiciones de «potencialmente mortales».
También se reportaron amplios cortes de electricidad en las zonas afectadas, dejando un balance de alrededor de 4 millones de usuarios sin luz. Los estados de Florida, Georgia, Carolina del Sur, Tennessee y Virginia son los mayores afectados, ante el temor de que los cortes duren semanas, dijo la cadena NBC.
En cuanto tocó tierra esta mañana en Florida, el huracán pasó a la categoría de tormenta tropical. Considerada una de las mayores tormentas del siglo en el Golfo de México, unos 60 millones de personas en 12 estados están en alerta por vientos que han llegado a los 225 km/h.
Durante el día, más de 700 vuelos han sido cancelados en EE. UU., la gran mayoría de ellos con salidas o llegadas previstas en los aeropuertos internacionales de Charlotte (Carolina del Norte), Atlanta (Georgia) y Tampa (Florida).
En Atlanta, su alcalde, Andre Dickens, señaló que al menos una veintena de personas han sido rescatadas durante la noche tras quedar atrapadas en medio de las inundaciones dentro de viviendas o automóviles. En Carolina del Norte está vigente una orden de evacuación obligatoria y se prevé que la crecida de los ríos alcance registros históricos, además de posibles deslizamientos de tierra.
Por ello, debido a la agresividad del fenómeno, el presidente, Joe Biden, firmó una declaratoria de desastres para los estados de Florida, Georgia, Carolina del norte, Carolina del sur y Alabama.