En su último discurso como presidente ante la Asamblea General de la ONU, Joe Biden se centró en los desafíos globales actuales, pero con un tono optimista.
Reconoció la complejidad de las crisis que afectan al mundo, desde el conflicto en Ucrania hasta las tensiones en Gaza y el cambio climático, pero subrayó su fe en la posibilidad de encontrar soluciones conjuntas.
Hizo un llamado a los líderes mundiales a unirse en la búsqueda de la paz y la justicia, destacando que, pese a las dificultades, “hay un camino”.
Biden también habló sobre su decisión de no buscar la reelección, calificándola como una “difícil” pero necesaria. Refirió que su tiempo como presidente ha sido el “mayor honor” de su vida, pero dejó claro que su decisión está basada en un principio fundamental: el liderazgo debe servir a las personas, no al poder en sí mismo.
Dirigiéndose directamente a los líderes presentes, les recordó que sus roles son, ante todo, para el beneficio de sus pueblos. Finalmente, el presidente compartió una reflexión personal sobre el panorama político actual, recordando cómo hace décadas el país también estaba dividido cuando ingresó por primera vez en la vida pública.
Sin embargo, aseguró que, en lugar de sentirse desalentado, su carrera ha sido impulsada por un profundo optimismo. Afirmó que la clave para superar los desafíos globales sigue siendo la cooperación y la confianza en un futuro mejor.