Una Semana Santa tras una Semana Trágica

Por Néstor Saavedra

Venimos de vivir una Semana Trágica en República Dominicana. El derrumbe de Jet Set es también el derrumbe de decenas y decenas de parejas, familias, amistades. Esperamos que también sea el derrumbe de las medidas de «inseguridad» y que los diferentes responsables, privados o estatales, cuiden y protejan a los que habitan este suelo.

Hoy se inicia lo que se conoce como Semana Santa. Según datos recogidos de diversas fuentes, aproximadamente un 80 % de la población del país es católica o evangélica, con lo cual estamos confirmando que estos días son, o deberían ser, muy importantes para toda la nación.

Sin embargo, así como todos sabemos lo que significa «semana» pocos realmente nos hemos detenido a considerar qué quiere decir «santa». La definición ido cambiando con el correr de los siglos. Inicialmente «santo», en el idioma griego en que se escribió el Nuevo Testamento, señalaba a lo «separado o apartado para Dios». La palabra se originó en la costumbre del judaísmo de consagrar o dedicar algo o a alguien para servir para alguna tarea designada por Dios. Estaba muy relacionada con el verbo «purificar» y se consideraba que algo o alguien era hecho «santo» por Dios y para Dios.

Con el tiempo, la Iglesia Católica Apostólica Romana aplicó el sustantivo a personas especiales que eran tomadas como grandes hombres o mujeres al servicio divino y tenían poderes especiales, por ejemplo, de interceder ante Dios o de sanación. Así se empezó a hablar de «San» Juan o «Santa» Teresa en un uso de la palabra que no aparece en la Biblia.

También se aplicó el adjetivo «Santa» a la semana de la pasión de Jesucristo, es decir, sus últimos días de vida terrenal, humana, más su estancia en la tumba, su resurección y ascensión al cielo. Que hoy esté vivo es fundamental para entender la fe cristiana. De lo contrario sería un mero culto a un cadáver.

Si consideramos que esta semana es «Santa», entonces debemos dedicarle un tiempo especial a nuestra relación con Dios. ¿Cómo? Cada uno lo sabrá porque la relación con Dios es personal. No se trata de una religión sino de un vínculo. Y como tal, dinámico e íntimo.

Eso sí, una pequeña sugerencia: habiendo pasado recientemente una Semana Trágica roguemos a Dios por las personas que han perdido seres queridos, pidamos por un país más seguro, donde la muerte súbita tenga que ver con cuestiones naturales, de edad, y no con la inseguridad, sea por robos en una calle, por alcohol en una carretera o por desidia en cualquier parte.

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