Un terremoto de magnitud 6,8 sacudió este martes la región china del Tíbet, dejando al menos 53 muertos y 62 heridos. El epicentro del seísmo se localizó en el condado de Tingri, en la prefectura de Shigatse, a una profundidad de 10 kilómetros, según el Centro de Redes Sismológicas de China.
Más de 1,000 viviendas colapsaron en la zona más afectada, donde residen cerca de 6,900 personas en un radio de 20 kilómetros. El temblor también se sintió en Nepal y la India, aunque no se reportaron daños significativos en esos países.
El presidente de China, Xi Jinping, ordenó esfuerzos inmediatos para salvar vidas y prevenir desastres secundarios, mientras las autoridades trabajan en el reasentamiento de los afectados y la reparación de infraestructuras.
Equipos de rescate, incluidos más de 1,500 efectivos de bomberos, fueron desplegados para buscar sobrevivientes en condiciones extremas, ya que la zona registra temperaturas de hasta 16 grados bajo cero. El monte Everest, ubicado cerca del epicentro, fue cerrado temporalmente al público como medida de precaución.
El Tíbet, situado cerca del punto de fricción entre las placas tectónicas asiática e india, es una zona sísmica activa. Sin embargo, la baja densidad de población en la región limita, en ocasiones, el alcance humano de los desastres.
Este terremoto recuerda la tragedia ocurrida en diciembre de 2023 en Qinghai y Gansu, donde un temblor de magnitud 6,2 dejó más de 150 fallecidos. Las autoridades chinas continúan evaluando el impacto en Tingri mientras la comunidad internacional sigue de cerca la evolución de la crisis.