El Barcelona consiguió un trabajado triunfo contra el Rayo Vallecano (1-2) para seguir en lo alto de la clasificación liguera, pero los azulgrana se volvieron a encontrar con una nueva actuación polémica del árbitro César Soto Grado. El colegiado riojano no pitó una falta de Lejeune sobre Dani Olmo dentro del área y después anuló un gol de Lewandowski por un leve pisotón de Koundé sobre Pep Chavarría, ocurrido en el inicio de una larga jugada de ataque del Barça. Dos acciones polémicas que cayeron del bando local y perjudicaron a los culés.
La controvertida actuación de Soto Grado en el fútbol en Vallecas se une a otras tres que tuvo el árbitro riojano ante el Barcelona la pasada temporada. Solo pitó al equipo azulgrana en tres partidos y en todos ellos hubo jugadas polémicas. El primero fue en la jornada inaugural de LaLiga en Getafe, cuando Soto Grado no pitó como penal un clara patada de Juan Iglesias sobre Ronald Araujo en la última jugada del partido. El duelo en el Coliseum acabó 0 a 0.
El segundo partido que pitó Soto Grado al Barcelona la temporada fue en Granada y tampoco estuvo exento de polémica. El árbitro, a instancias del colegiado del VAR Carlos del Cerro Grande, anuló un gol de Joao Félix por un fuera de juego posicional milimétrico de Ferran Torres en una falta lateral.
La tercera y última polémica que sufrió el equipo catalán con Soto Grado como árbitro la temporada pasada fue la que más revuelo generó. En el Clásico en el Santiago Bernabéu, el colegiado riojano no dio por válido un gol de Lamine Yamal con el marcador empatado. Desde el VAR revisaron la jugada para determinar si Lunin había logrado sacar el balón antes de que traspasara la línea de gol y apuntaron que no había repeticiones claras de la jugada, por lo que el tanto no se convalidó. Las imágenes posteriores mostraron cómo había sido gol culé.
César Soto Grado es el único juez con el que los azulgrana tienen un balance negativo de resultados. Con el triunfo en Vallecas, el trencilla del comité riojano ha impartido justicia en diez encuentros ligueros de los culés, con un balance de apenas tres triunfos, dos empates y cinco derrotas. Algo sorprendente ante el habitual dominio del Barcelona en la competición y que convierte a Soto Grado en un sospechoso habitual.