Sin Messi, Argentina humilló a la selección de fútbol de Brasil con un contundente 4 a 1 y clasificó para el Mundial 2026

Por Néstor Saavedra

Días atrás cumplí 44 años como periodista. Me inicié cubriendo fútbol para Radio Rivadavia, cuando era el templo de las comunicaciones en Argentina. Desde entonces, y aún antes, analizo fútbol. Tengo la fortuna de haber disfrutado de tres seleccionas albicestes campeonas en 1978, 1986 y 2022.

Puedo decir, con esta autoridad que da la experiencia y la profesión, que ninguna llegó a producir tan extensos niveles de excitación y felicidad como la última, como la actual.

Prueba contundente es la actuación en el día de ayer, en la cancha de River, donde el equipo dirigido brillantemente por Lionel Scaloni dio una cátedra de fútbol, que se magnifica aún más si tomamos en cuenta el rival, el eterno, histórico y competitivo Brasil.

Argentina jugó uno de los mejores, sino el mejor, cotejo desde que este técnico generó, no solo un equipo de grandes individualidades y buen rendimiento colectivo, sino un grupo de amigos, que se divierten y se entregan minuto a minuto.

Lo ilustro con un ejemplo: Argentina ya goleaba a Brasil y, sin embargo, los marcadores de punta llegaban al arco rival y Rodrigo de Paul o Enzo Fernández corrían como si recién empezaran el día o necesitaran empatar con urgencia.

A esta altura del nivel de competencia, la forma de pensar es la que hace la diferencia. Brasil tiene cracks, pero es un equipo sin personalidad conjunta, carente de ese fuego necesario para jugar en todas las líneas con sed de gloria. Ayer solo pudo hacer un gol por el error del «Cuti» Romero que, por otra parte, demostró que el elenco sureño tiene personalidad también para levantarse, y de qué manera, de una circunstancia adversa fortuita.

Argentina ganó 4 a 1. A Brasil no le hacían tres goles desde el partido que perdió como local, por el Mundial 2014, por 7 a 1 contra Alemania. Argentina pudo haberle metido 7. El arquero, con errores incluidos, fue la única figura del visitante, especialmente en las atajadas de remates de larga distancia.

Jamás Brasil había sido goleado en una Eliminatoria para una Copa del Mundo. Jamás Brasil había perdido los dos partidos contra Argentina en estos torneos. Jamás habíamos visto una selección tan brillante sin resignar pasión, tan ofensiva sin desequilibrarse atrás, tan guapa sin llegar a la violencia, tan solidaria que Julián Álvarez marca un gol al minuto y se lo dedica a Lautaro Martínez, que no jugó pero es el delantero con quien compite por su puesto.

Es tanta la suficiencia del elenco que no necesitan responder con palabras la bravata de Raphina ni exhibir la Copa del Mundo para recordarle al rival quién es el campeón vigente. Tanto deslumbró ayer Argentina que nos olvidamos que Messi no jugó. No lo extrañamos. Esto es demasiado fuerte.

Comparte esta noticia
Abrir chat
Hola
¿En qué podemos ayudarte?