La Inteligencia rusa informó que la incursión ucraniana en la provincia de Kursk fue preparada con la participación de los servicios especiales de la OTAN, señalando que países como EE.UU., el Reino Unido y Polonia desempeñaron un papel clave en su planificación.
Según el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR), asesores militares de estos países continúan ayudando a las fuerzas ucranianas en el manejo del material bélico occidental y brindan apoyo con datos de reconocimiento satelital.
El SVR también señaló que la incursión fue incentivada por los aliados occidentales de Ucrania debido a los recientes fracasos del Ejército ucraniano en el frente.
La estrategia busca trasladar los combates a territorio ruso, lo que según la inteligencia rusa, también tiene como objetivo fomentar el descontento en la población rusa y afectar la estabilidad política interna del país.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, afirmó que esta acción de Ucrania fue realizada bajo el mandato de Washington, indicando que el presidente ucraniano Zelenski no habría tomado esta decisión sin la aprobación de Estados Unidos.