Resistir a un mundo que se achica

Por Néstor Saavedra

Los italianos corren peligro de desaparecer. No lo digo yo, sino la primera ministra de ese país, Giorgia Meloni, y el papa Francisco. La apocalíptica frase se basa en que este país tiene una de las tasas de natalidad más bajas de Europa. Cada vez son más comunes, como en otros países del mundo, las casas con pocos o ningún niño. 

Los cronistas del New York Times, Jason Horowitz, desde la ciudad de Bolzano, y Gaia Pianigiani, desde Siena, encontraron la oveja negra o la sábana blanca, en el país del Mediterráneo europeo: la región del Alto Adigio-Tirol del Sur y su capital, Bolzano, que se han transformado en un mundo de  procreación paralelo al del resto Italia, “con una tasa de natalidad que se ha mantenido estable durante décadas”.

¿Por qué son diferentes? Porque el gobierno provincial desarrolló prestaciones que favorecen a la familia, mucho más allá de la paga única por nacimiento que da el Estado Nacional. Si uno desea tener y criar hijos hay descuentos en varios rubros: guarderías, productos para bebés, comida, salud, electricidad, transporte, actividades extraescolares y campamentos de verano. A tanto llega el plan provincial que subvencionan programas de cuidado infantil, uno de los cuales certifica a los educadores para que conviertan sus hogares en guarderías permitiéndole a las mamás salir a trabajar.

“Si no invertimos dinero en las familias, no hay futuro para ninguno de nosotros. La familia es un proyecto a largo plazo, así que las políticas también tienen que ser a largo plazo”, afirmó Waltraud Deeg, exconsejera provincial. La clave es que la región lo ha tomado como una política de Estado y no de gobierno, algo poco común en otras latitudes. De esta manera, el compromiso se manifiesta a lo largo de muchos años y es mucho más rendidor que solo dar bonificaciones cuando nace un bebé. Agnese Vitali, demógrafa de la Universidad de Trento, lo dijo en otras palabras: “Nadie planea tener hijos basándose en políticas de carácter único”.

En el mundo hay unos ocho mil millones de habitantes. Desde 1975 se duplicó la población, gracias a los avances en salud y nutrición, entre otros factores. Sin embargo, la tendencia es que las mujeres cada vez tienen menos hijos. En 2022, la tasa de natalidad mundial fue de 2,39 hijos por mujer mientras que hace un siglo alcanzaba los 5,17. México, por citar un ejemplo cercano, bajó de 6,8 en 1970 a 2,02 en 2022. República Dominicana alcanzaba un 2,2 en 2021.

Políticas a favor de la familia, políticas largoplacistas, políticas que no contemplan un color partidario, sin dudas, son las que cambiarán el mundo.

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