Los recientes bombardeos de Israel en el sur del Líbano han intensificado la crisis humanitaria entre los refugiados sirios que ya vivían en condiciones extremas.
Desplazados por segunda vez, muchos de ellos se han visto forzados a huir nuevamente, buscando refugio en el norte del Líbano tras recibir advertencias de las autoridades israelíes.
Las familias afectadas, como la de Fadi Shahab, que dejó su hogar tras un ataque aéreo cercano, se enfrentan a la incertidumbre y el temor de ser deportadas.
Con la violencia incrementándose, la situación para los refugiados se ha vuelto insostenible. Los campos de trabajo en los que solían ganarse la vida han quedado desolados, y el estruendo de los aviones de guerra añade una capa de desesperación a su huida. Sin un lugar seguro a donde ir y enfrentándose a la posibilidad de ser expulsados del Líbano, las familias intentan encontrar protección en medio del caos creciente.
La comunidad internacional y las organizaciones humanitarias han expresado su preocupación por el deterioro de la situación, mientras el conflicto continúa escalando y miles de refugiados quedan atrapados en un ciclo de violencia y desplazamiento. La presión sobre el Líbano aumenta, ya que el país intenta manejar una crisis de refugiados que no muestra signos de disminuir.