La deuda externa se ha convertido en uno de los temas más críticos para América Latina en 2025. En medio de una desaceleración económica global, presiones inflacionarias y desafíos fiscales, los países latinoamericanos enfrentan niveles de endeudamiento que podrían definir su futuro económico. ¿Qué tan grave es la situación? ¿Cuáles países están más comprometidos? ¿Y qué papel juega la República Dominicana en este escenario?
Un panorama regional de alto riesgo
Según datos recientes de Trading Economics y S&P Global Ratings, el endeudamiento comercial bruto en América Latina alcanzará los 643 mil millones de dólares en 2025, lo que representa una disminución del 8 % respecto al año anterior. Sin embargo, esta caída no necesariamente indica una mejora: el saldo total de deuda comercial se estima en 50 % del PIB regional, superando incluso los niveles registrados durante la pandemia (49.3 % en 2020).
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Este porcentaje revela una preocupante dependencia del financiamiento externo para sostener el gasto público, infraestructura y programas sociales. En otras palabras, América Latina está financiando su desarrollo con dinero prestado, y los intereses están empezando a pesar.
Las cifras país por país
Aquí un desglose de la deuda externa en orden de mayor a menor en millones de dólares para los principales países de la región
Caso Especial: República Dominicana
La República Dominicana acumula una deuda externa de 45,521 millones de dólares en 2025. Aunque no figura entre los países más endeudados, su nivel de deuda representa un desafío significativo para su economía, especialmente considerando su dependencia del turismo y las remesas.
Las autoridades dominicanas han implementado medidas de control fiscal y reformas estructurales, pero el crecimiento económico aún no logra compensar el ritmo del endeudamiento.
Proyecciones y Riesgos
Los analistas advierten que, si bien algunos países han logrado estabilizar sus economías, otros enfrentan riesgos de default o reestructuración de deuda. Argentina, por ejemplo, continúa negociando con el FMI, mientras que Brasil y México, aunque más sólidos, deben lidiar con presiones internas y externas que podrían afectar su capacidad de pago.
Además, el aumento de las tasas de interés internacionales encarece el servicio de la deuda, lo que podría llevar a recortes en inversión pública y programas sociales. En este contexto, la sostenibilidad de la deuda se convierte en una prioridad urgente para los gobiernos latinoamericanos.
¿Qué puede hacer la región?
Expertos sugieren varias estrategias para enfrentar esta situación:
- Diversificación económica. Reducir la dependencia de sectores vulnerables como materias primas y turismo.
- Fortalecimiento institucional. Mejorar la transparencia fiscal y la eficiencia del gasto público.
- Renegociación de deuda. Buscar condiciones más favorables con acreedores multilaterales.
- Atracción de inversión extranjera. Estimular sectores productivos con potencial exportador.
La deuda externa en América Latina en 2025 no es solo una cifra: es un reflejo de decisiones políticas, estructuras económicas y desafíos globales. Si bien algunos países muestran señales de recuperación, otros están en una encrucijada que podría definir su futuro por décadas. La región necesita actuar con urgencia, inteligencia y unidad para evitar que esta deuda se convierta en una carga insostenible.
Fuente: Mercado