La orden estipula que no se recibirán solicitudes de asilo en la frontera cuando la cantidad promedio de migrantes que cruzan de manera ilegal supere el número de 2500 cruces diarios en una semana determinada. La medida contempla ciertas excepciones y también hay informes de que se estaría analizando brindar algunas protecciones a los cónyuges de ciudadanos estadounidenses. Y, por supuesto, la medida no contempla a las personas que cruzan sin ser detectadas y/o no solicitan asilo.
¿A qué se debe esta decisión?
Hay tres factores importantes que parecen haber influido en la decisión de Biden.
• En primer lugar, la cifra de cruces ilegales de la frontera ha llegado a niveles récord en los últimos meses, lo que supone un desafío para las comunidades fronterizas, el sistema de procesamiento migratorio y los servicios en las ciudades santuario, que están obligadas a brindar servicios a los recién llegados pero que se han visto rebasadas.
• También, el presidente ha hecho uso de su privilegio ejecutivo luego de que un proyecto de ley bipartidista muy parecido se estancó. “Los republicanos frustraron el proyecto de ley en febrero, diciendo que no era lo suficientemente estricto”, explicaron desde Washington los reporteros del Times Zolan Kanno-Youngs y Hamed Aleaziz. “Muchos de ellos, alentados por Trump, se resistían a concederle a Biden una victoria legislativa en un año electoral”.
• Por último, la migración se ha convertido en un tema más urgente debido a las campañas electorales, y el expresidente Donald Trump ha endurecido su discurso antinmigrante mientras que a Biden se le critica, incluso en su partido, por no actuar con decisión para asegurar la frontera. Algunas encuestas muestran que Trump aventaja a Biden en la contienda presidencial de noviembre.