En el corazón del municipio de Baní, donde operan las plantas termoeléctricas de Punta Catalina, la República Dominicana consolida un paso estratégico hacia el fortalecimiento de su infraestructura marítima y logística con la habilitación de un nuevo puerto público de carácter comercial.
Este proyecto, que transforma el muelle de servicio de las plantas en una terminal con vocación comercial, promete dinamizar el sur del país y abrir una nueva puerta de entrada y salida de mercancías en el mar Caribe.
Un puerto de clase mundial en Baní
El Puerto de Punta Catalina ha sido diseñado para operar con embarcaciones tipo Post Panamax, capaces de transportar grandes volúmenes de carga, alineándose con los estándares del comercio marítimo internacional.
Entre sus características más destacadas se encuentran: Dragado de 15 metros de profundidad, ideal para buques de gran calado, un espigón de 1,600 metros, el más largo del Caribe y conectividad directa con las plantas termoeléctricas y la red logística nacional.
Estas especificaciones no solo posicionan a Punta Catalina como un puerto de alta capacidad, sino que también lo diferencian de otras terminales nacionales, como el Puerto Multimodal Caucedo, cuya operación es de carácter privado.
Impacto en la economía y la logística nacional
La transformación de este muelle en un puerto público de acceso comercial tendrá repercusiones positivas para múltiples sectores: Descongestionamiento de otros puertos clave como Haina o Caucedo, impulso a la economía regional del sur, tradicionalmente rezagada en comparación con otras zonas y atracción de inversión privada y extranjera interesada en zonas francas, energía y comercio internacional.
Fortalecimiento del mercado nacional de consumo y distribución con rutas marítimas más accesibles y eficientes.
Además, se convierte en un punto estratégico para el manejo de materiales energéticos, agrícolas e industriales, así como para la exportación de productos nacionales.
Una infraestructura con visión de futuro
El desarrollo del Puerto de Punta Catalina no solo responde a necesidades inmediatas del sector energético, sino que se proyecta como una infraestructura clave para el comercio exterior dominicano en las próximas décadas.
Su carácter público le da una ventaja competitiva frente a puertos privados, ya que permite una mayor diversidad de usos, tarifas competitivas y acceso equitativo a diferentes actores del comercio.
Con la puesta en operación del Puerto de Punta Catalina como terminal comercial pública, la República Dominicana da un paso firme hacia el desarrollo logístico balanceado del país, llevando oportunidades al sur y aumentando la resiliencia del sistema portuario nacional.
Desde Baní, se proyecta ahora un nuevo eje para el comercio marítimo, el desarrollo energético y la conexión internacional.
El espigón más largo del Caribe se convierte en símbolo del crecimiento estratégico de una nación que mira al futuro desde sus costas.
Fuente: Nación Logística