Victoria Estévez finalmente conoció a alguien que vio más allá de su timidez. Pasaron dos meses aprendiendo sobre sus gustos y disgustos, enviándose mensajes de texto sobre sus familias y amigos y caminando por sus pueblos de origen en la costa caribeña de Venezuela. En un viaje a la capital en diciembre, se abrazaron por primera vez.
Luego vinieron los «me gustas», y en febrero ya estaban dando por sentado que tenían una relación.
Y después vino la angustia.
“¿Recuerdas que te dije que tengo un hermano en República Dominicana? Pues yo también me voy a ir del país”, recordó Estevez, de 20 años, haber leído en un mensaje de WhatsApp de principios de marzo de su nuevo novio. Era el segundo chico consecutivo que la tomaba por sorpresa con planes inminentes de emigrar .
Nada, ni siquiera el amor, se ha librado de la incertidumbre que plaga la vida cotidiana en Venezuela, un país en crisis que ha visto a varios millones de personas irse en la última década. A medida que se acercan las elecciones presidenciales a finales de este mes y surgen preguntas sobre el futuro de Venezuela, muchos más están considerando emigrar, lo que causa estragos en la economía del país, su política y su escena amorosa.
De hecho, esta madrugada atentaron contra la candidata presidencial María Corina Machado y su equipo en Barquisimeto. Vandalizaron los autos y cortaron la manguera de los frenos. Agentes del régimen, según sus declaraciones, “nos siguieron desde Portuguesa y rodearon la urbanización donde pernoctamos. La campaña de Maduro es la violencia y es responsable de cualquier daño a nuestra integridad física.” ¿Cómo querrán quedarse los jóvenes en un país así?
Una encuesta nacional realizada en abril por la firma de investigación Delphos, con sede en Venezuela, mostró que aproximadamente una cuarta parte de la población está pensando en emigrar. De ellos, alrededor del 47% dijo que una victoria de la oposición los haría quedarse y aproximadamente la misma cantidad indicó que una mejora de la economía los mantendría en su país de origen. La encuesta tenía un margen de error de más o menos 2 puntos porcentuales.
La gran crisis que ha vivido y vive este país preparó a su gente para viajar a cualquier lugar y enfrentar lo que fue: es que adaptaron su dieta a la escasez o costos elevados de alimentos, se acostumbraron a no usar carros cuando conseguir gasolina era un calvario o iluminaron la vida cotidiana con velas cuando los cortes de electricidad se convirtieron en la norma. Incluso, usaron el dólar estadounidense cuando el bolívar venezolano perdió valor.
“Con las situaciones actuales de las citas en Venezuela, existe una cierta inseguridad incorporada, o falta de seguridad, en el sistema porque la gente no sabe qué va a pasar”, dijo el Dr. Amir Levine, psiquiatra y profesor de investigación de la Universidad de Columbia. “La inestabilidad política en realidad introduce la inestabilidad en la relación o en las citas en general”.
Los jóvenes venezolanos se cansaron de protestar, no tener progreso y recibir, a cambio, represión. Ahora, en lugar de planificar manifestaciones, dedican su tiempo a planificar viajes de ida al extranjero. Es normal que la mitad de los estudiantes graduados de una universidad hayan viajado a México, Argentina, Dominicana y otros países. Frente a sus ganas de tener una mejor nación, “el país simplemente siguió adelante como si nada hubiera pasado”.
Fuente: AP