¿Por qué huyen de República Dominicana tantas personas, si el país experimenta un crecimiento económico?

La Guardia Costera de los Estados Unidos (USCG, en inglés), la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, en inglés) y las unidades de superficie y aéreas de la Marina de República Dominicana interceptaron un total de 108 personas de estatus migratorio no definido en tres intervenciones con embarcaciones que viajaban por separado.

Hoy 18 de diciembre, desde el año 2000 se recuerda el Día del Migrante en conmemoración de la adopción de la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares, que tuvo lugar en 1990. En este día tan especial nos preguntamos qué sucede que tantas personas desean irse de República Dominicana si, según datos oficiales, la economía del país es una de las mejores, sino la mejor, de América Central.

Sospechamos que puede tratarse de un problema de mala distribución de las ganancias, entonces. O sea que ingresa dinero a las arcas nacionales, pero lo disfruta solo una pequeña parte de la población. De ser así, las autoridades deberían trabajar sobre este fenómeno complejo, que no es privativo de nuestro país, pero lo daña: una repartición más equitativa, a cambio, obviamente, de producir más equitativamente (no de parasitar, es decir, no de recibir planes sociales indiscriminados), crearía una clase media más amplia, lo que permitiría una mayor estabilización en varios órdenes, incluyendo, la violencia.

Podría tratarse de que una gran parte de la población no trabaje, maltrabaje o no quiera trabajar. En este caso se trataría de un problema cultural, que hay que empezar a corregir desde la educación y, obviamente, va a llevar décadas cambiar, pero esto último no debe ser un argumento para no hacerlo, ya que no se trata de un problema político, aunque la política debe encararlo.

Anomalías como las que se preciben a diario vinculadas con inmigrantes ilegales que ingresan al país y emigrantes ilegales que quieren irse del país, y los traen de vuelta, son una muestra de que algo se está haciendo mal y que puede estallar una crisis en cualquier momento, sobre todo, porque las cantidades de infractores son muy grandes.

La intervención de seguridad naval más reciente ocurrió durante la mañana del martes cuando dos unidades marinas de la CBP detuvieron una yola de 20 pies a unas 11 millas náuticas de Cabo Rojo. Los vigilantes de la USCG se dirigieron al lugar para asistir en el operativo, logrando detener a 11 inmigrantes: nueve hombres y una mujer que dijeron provenir de la República Dominicana, y otra mujer que afirmó ser de nacionalidad haitiana.

Anteriormente, el lunes, un avión de control del CBP avistó una embarcación de unos 30 pies de eslora al sur de la Isla de Mona, Puerto Rico. Los vigilantes de la Guardia Costera lograron detener a 53 migrantes: 48 hombres y cinco mujeres, que afirmaron ser ciudadanos de la República Dominicana.

En un tercer operativo, realizado también el lunes, las autoridades federales avistaron otra embarcación improvisada de unos 30 pies de eslora a aproximadamente 30 millas náuticas al noreste de Samaná, en la República Dominicana.

La Guardia Costera del sector San Juan coordinó un operativo con la Marina de la República Dominicana que logró interceptar a 44 migrantes: 39 hombres y cinco mujeres que indicaron ser ciudadanos dominicanos.

La USCG indicó que a estos migrantes interceptados en el mar o detenidos en tierra no se les permitirá permanecer en los Estados Unidos ni en un territorio estadounidense, mientras que advirtieron que cualquier persona que llegue ilegalmente puede ser declarada no elegible para las opciones de libertad condicional de inmigración legal y ser repatriada a su país de origen o devuelta al país de partida.

Fuente: El Nuevo Día

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