La Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha revelado un devastador informe sobre los siete meses de asedio de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) a la ciudad de El Fasher, en Darfur Norte, Sudán.
Según el documento, al menos 782 civiles han muerto y 1,143 han resultado heridos debido al uso indiscriminado de armas explosivas en zonas densamente pobladas, incluidas instalaciones médicas. Los testimonios de sobrevivientes describen escenas desgarradoras donde cadáveres permanecieron días en las calles por los constantes bombardeos y tiroteos, dificultando incluso su recogida.
El informe denuncia ataques a hospitales y centros médicos, como el Hospital Al Saudi, el único centro quirúrgico de la ciudad, que ha sido repetidamente bombardeado por las FAR. Otro ataque en agosto al Centro Médico Tumbasi dejó 23 muertos y 60 heridos.
Además, se registraron ataques contra campamentos de desplazados internos en Zamzam y Abu Shouk, exacerbando la ya crítica situación humanitaria. Volker Türk, jefe de derechos humanos de la ONU, calificó estos actos como posibles crímenes de guerra y urgió a las FAR y a todas las partes en conflicto a cesar de inmediato las hostilidades contra civiles.
La guerra entre el Ejército y las FAR, iniciada el 15 de abril de 2023, ha devastado Sudán, dejando un saldo de al menos 20,000 muertos, 33,000 heridos, 7.9 millones de desplazados internos y 2.1 millones de refugiados en otros países.
La comunidad internacional sigue alertando sobre la magnitud de esta crisis, una de las más graves del mundo, y exige medidas inmediatas para detener el conflicto y proteger a la población civil atrapada en medio de esta tragedia.