La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado una emergencia de salud pública mundial debido al brote de viruela del mono en África.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, jefe de la OMS, anunció que la situación ha empeorado significativamente, con un aumento del 160% en las infecciones en comparación con el año pasado.
Según los Centros Africanos para el Control y Prevención de Enfermedades, se han reportado 14.250 casos y 456 muertes en 2024, afectando a diez países, incluyendo Burundi, Ruanda, Kenia y la República Centroafricana.
La nueva variante de la viruela del mono es más letal que la de la epidemia de 2022 y se está propagando rápidamente, afectando la afluencia turística en los países afectados.
Los síntomas incluyen erupciones, ampollas, fiebre alta y dolores musculares, entre otros. Aunque las vacunas ayudaron a controlar el virus en Europa, África carece de tratamientos y vacunas suficientes, lo que agrava la situación.
La transmisión del virus puede ocurrir a través del contacto directo con fluidos corporales o lesiones de animales infectados, y menos comúnmente de persona a persona.
El diagnóstico puede ser complicado debido a la similitud con otras enfermedades, pero se confirma mediante pruebas de laboratorio. No existe un tratamiento específico, aunque los antivirales desarrollados para la viruela podrían ser efectivos.