La niña tenía 12 años. Maicol Mera Chávez la sedujo y convenció de que sostuvieran un noviazgo. Al paso del tiempo, él empezó a violentarse contra ella. Primero empezaron las prohibiciones de contar lo que sucedía entre ellos y de reunirse con sus amigas. Luego, el encierro en la casa. Más tarde, la obligaba a desnudarse, para que se grabara y le enviara el contenido pornográfico, tras obeceder especificaciones de poses, tipo de ropa y horas en que debía ser remitido.
Los padres de la menor descubrieron las conversaciones entre ambos e intervinieron para que el adulto se alejase y no la molestara, pero, por el contrario, opta por incrementar la persecución y actitud violenta hacia la ya adolescente.
Con la relación más distante, en varias ocasiones interceptó a la víctima, en distintos lugares y la agredía físicamente, además de amenazarla con publicar el contenido en fotos y videos que la obligaba a producir y, aún más, de asesinarla.
Llegó la denuncia tan demorada y la litigante, que representó a la Fiscalía de Santiago, Yarily Toribio, expresó a los jueces del Primer Tribunal Colegiado que el agravio cometido en perjuicio de la menor afecta su desarrollo integral y psicosexual, lacera su dignidad y supone un trauma para su vida, en tanto que fue sometida a experiencias que no se corresponden con su edad ni sus intereses.
La Fiscalía de esta jurisdicción obtuvo una condena de ocho años de prisión contra el ¿hombre? por abuso sexual y psicológico, luego de obtener evidencias de que Mera Chávez incurrió en la producción, difusión, adquisición y posesión intencional de pornografía infantil.
Fuente: Barriga Verde