Por Néstor Saavedra
Los primeros tres meses de gobierno de Javier Milei están en línea con la anticipada caída de entre tres y cuatro puntos del Productor Bruto Interno. Las áreas de la construcción, venta minorista y producción industrial así lo demuestran.
“Vamos a estar durante unos meses peor que antes”, fueron las palabras del ministro de Economía de la Argentina, Luis Caputo, en su primer discurso grabado, en diciembre de 2023. Y no se equivocó. Si bien técnicamente se necesitan seis meses para hablar de recesión, el ajuste implementado por el gobierno de Javier Milei se percibe en cifras en baja y preocupantes.
El portal Infobae relevó distintos sectores donde la crisis golpea con fuerza. Por ejemplo, en la construcción, la caída interanual en enero fue del 21,7 %, según información oficial del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), con un 10,2 % negativo con respecto a diciembre. La evolución de las ventas de productos para la construcción se ubicó un 26,6 % por debajo del mismo mes (enero) de 2023. La consultora LCG proyectó una baja del 15,8 % anual para este sector, aumentada por el freno que el Poder Ejecutivo dispuso a la obra pública.
Por su parte, descendieron casi un 30 % las ventas minoristas pyme en la comparación interanual en enero, y un 25,5 % en febrero, según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). En los shoppings, para las fiestas de fin de año se vendió un 35,1 % menos. En enero, el patentamiento de autos se deslizó hacia abajo un 33,5 %. Obviamente también se dañó la recaudación del Impuesto al Valor Agregado, que cayó 10,9 %.
La producción industrial bajó un 12,4 % interanual en enero. La Unión Industrial Argentina (UIA), luego de relevar más de 700 empresas, indicó: “Se registraron los niveles más bajos de la serie en las variables de producción y ventas, indicando una agudización de las dificultades en el entramado productivo industrial, especialmente en las pymes. Esta situación redundó en más empresas con dificultades para hacer frente a los pagos.”
Los insumos que requieren las diversas industrias escasean por el alto costo del dólar “importador” que, golpeado por el aumento del impuesto PAIS y la devaluación que lo llevó a crecer un 118 % en diciembre, se transformó, indirectamente, en un freno a las importaciones. Aprovechando ese salto cambiario, las exportaciones crecieron casi un diez por ciento en comparación con enero de 2023, gracias, principalmente, a los productos primarios.
Según diversos analistas económicos, el Producto Bruto Interno descenderá entre 3 y 3,5 % anual con una recesión que se extenderá, por lo menos, hasta la mitad de este 2024. Los números reflejan lo que se ve en la calle: cada día más personas tocan timbre para pedir ropa o comida y decenas de “sin techo” van ocupando cualquier espacio libre en las aceras de las grandes urbes. Sin dudas, el país precisaba un saneamiento de su economía, pero la pregunta del millón es a qué costo social.