La violencia en el Líbano ha dejado más de 200,000 desplazados internos, según informó Imran Riza, representante de la Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria de la ONU.
Riza explicó que la primera ola de violencia, provocada por la explosión simultánea de dispositivos de comunicación asociados con Hizbulá, ya había desplazado a 110,000 personas. Sin embargo, con los recientes bombardeos israelíes, la cifra de desplazados se ha duplicado.
La situación humanitaria es crítica, ya que el sistema de salud del Líbano se encuentra al borde del colapso. Las explosiones iniciales dejaron miles de heridos, consumiendo casi todos los suministros médicos disponibles.
Ahora, con la escalada de las hostilidades, los recursos médicos son insuficientes para atender a la creciente cantidad de heridos, lo que agrava la crisis humanitaria en el país. Para hacer frente a la crisis, se han habilitado 500 albergues para acoger a unos 80,000 desplazados, muchos de ellos instalados en colegios públicos.
Sin embargo, esto plantea un desafío adicional, ya que afecta el regreso a las clases para los niños libaneses, que tendrán dificultades para retomar su educación mientras se utilizan estas instalaciones como refugios temporales.