Maduro adelanta la Navidad en Venezuela para el primer día de octubre

Para solucionar la crisis política y económica de un país, nada mejor que adelantar la fiesta de Navidad. La gente se distrae frente a un festejo de neto origen cristiano y se olvida del hambre, la inseguridad e, incluso, de la presentación de las actas que confirmen que Nicolás Maduro contó con la mayoría de los votos para subir al trono de Venezuela.

La ironía del párrafo anterior no es más que una forma de criticar la incalificable decisión de Nicolás Maduro de dirigir la atención del país hacia algo que casi todos los venezolanos aman: la Navidad.

La temporada de festividades comenzará el primer día de octubre de este año, anunció el lunes en su programa de televisión, Con Maduro más, y le afirmó que estaba adelantando el inicio de la temporada por medio de un decreto nacional.

“¡Ya huele a Navidad!”, dijo a la multitud, que incluía a su esposa y varios altos funcionarios. El público respondió con vítores y aplausos. La temporada comenzaría, dijo, “con paz, felicidad y seguridad”. Pero no nos asombremos de su capacidad olfativa: no es la primera vez que Maduro, omnipresente en su país desde 2013, ha adelantado tanto la temporada navideña.

Las condiciones económicas, políticas y de derechos humanos de Venezuela llevan años deteriorándose. Pero la democracia tuvo, quizá, su estocada final el 28 de julio, cuando millones de venezolanos votaron en las elecciones presidenciales. Al final de ese día, Maduro se había proclamado vencedor, a pesar de que el consejo electoral del país se negó a publicar un desglose de los resultados.

Pese a las numerosas objeciones y críticas nacionales e internacionales, el líder venezolano no se ha inmutado. En su lugar, sus fuerzas de seguridad han detenido a unas dos mil personas, acusando a algunas de terrorismo y, además, dos decenas de venezolanos han muerto en protestas desde las elecciones.

El fiscal general del país ha emitido una orden de detención contra González, acusándolo de sabotaje. El viernes, un apagón nacional —la red eléctrica del país ha estado descuidada durante años— supuso otro golpe. Obviamente, el gobierno de las navidades culpó a la oposición del fallo del sistema y la acusó de sabotaje, sin aportar ninguna prueba.

Las festividades suelen comenzar días o semanas antes de Nochebuena, con grandes grupos de familias y amigos que se reúnen para preparar hallacas —tamales rellenos de carne, aceitunas y pasas— y cantar canciones populares llamadas gaitas. Pero, para Maduro es mejor adormecer al pueblo mientras siguen yéndose miles y miles de personas del país y la Navidad se transforma en una fiesta para celebrar a distancia, si es que al jefe no se le ocurre dar de baja internet por su malvada intromisión en la cultura venezolana.

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