Mildred Correa, no solo está presa del dolor por el asesinato y violación de su hija adolescente de 16 años, sino que tiene que vivir con la impotencia de que no se haga justicia. Esta madre, impotente e indignada, como una forma de exigir justicia por el asesinato de su hija adolescente de 16 años, arrojó los restos de la menor en la fiscalía del municipio Higüey, cabecera de la provincia La Altagracia.
“Son diez meses que tiene mi hija que fue violada y asesinada y esta fiscalía no me da respuesta … ustedes creen que fue fácil para mi sacar el cuerpo de mi hija y traerlo hasta aquí”, exclamó la señora Correa.
“Estoy impotente porque la fiscalía lo que vive es mareándome y yo estoy impotente; si quieren, que me maten, que ya yo estoy muerta hace diez meses”, agregó ante la falta de justicia.
La mujer, atribulada, llegó al lugar con la osamenta de su hija Yeira Encarnación, dentro de una bolsa plástica, y esparció los huesos en la recepción del tribunal.
De inmediato fue detenida por agentes de la Policía y los restos de su hija adolescente, asesinada y violada, por la cual exige justicia a las autoridades, fueron recogidos por miembros de la Defensa Civil, los cuales colocaron nuevamente en bolsas.
Los tiempos de la Justicia son poco menos que deleznables. Se sabe que debe haber un proceso judicial, pero de allí a que se tomen todo el tiempo del mundo es otra cosa. Gustavo Guzmán comentó, en el programa El Exprimidor, que «la Justicia, si no es una persona pudiente, una persona que pueda visibilizarse, no hace nada … No podemos esperar a que todo el mundo sea rico para poder hacer la justicia que se merece.»
Fuente: La Lupa del Sur