Liderazgo en logística y comercio exterior: claves para desarrollar la adaptabilidad

“No hay transformación digital si no hay transformación cultural”, sostiene Paula Estrada, thinking partner y coach ejecutivo en Argentina, destacando que el cambio empieza por la mentalidad de los equipos. Además, señala que las organizaciones dedicadas a la logística y el comercio exterior deben desarrollar líderes que no solo gestionen los cambios, sino que los impulsen.

¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan las organizaciones para transformar la mentalidad de sus equipos?
El mayor reto que veo en las organizaciones es la falta de coherencia entre lo que dicen y lo que realmente sucede en su cultura interna. Muchas empresas hablan de transformación, de agilidad, de comunicación efectiva, pero en la práctica, estas ideas quedan solo en palabras. Para generar un cambio real, primero hay que entender el contexto de la organización, su sonido, su ritmo, tal como si fuera una orquesta. Si algunos instrumentos están desafinados, la música no suena bien.

El desafío es transformar esa cultura desde la raíz, no solo con workshops o programas de moda. La clave está en la conversación: cómo se escucha, cómo se dialoga, cómo se generan espacios donde los colaboradores puedan expresar lo que realmente piensan. Para que una organización cambie, primero deben cambiar sus conversaciones y abrirse a la posibilidad de nuevas ideas. Los líderes, en particular, tienen que estar dispuestos a escuchar opiniones diferentes a las suyas.

¿Cómo se puede desarrollar un liderazgo creativo y flexible en un entorno tan dinámico como la logística y el comercio exterior?
En un sector donde todo cambia constantemente, la incertidumbre es parte del día a día. El problema es que muchos líderes buscan controlarlo todo, cuando en realidad lo más efectivo es soltar el control y confiar en el equipo. La logística y el comercio exterior dependen de múltiples factores externos: cambios regulatorios, imprevistos en el transporte, diferencias horarias entre países. No se trata de tener todas las respuestas, sino de saber hacer las preguntas adecuadas y rodearse de un equipo que aporte soluciones.

Para ser un buen líder en este contexto, es fundamental desarrollar confianza en las personas y aprender a ver a los demás como aliados. Muchas veces, lo primero que surge ante un problema es la negación. El cambio empieza cuando dejamos de ser máquinas de impedir y empezamos a ser generadores de posibilidades. Adaptabilidad y confianza son dos pilares esenciales para liderar en un mundo donde lo único seguro es la transformación.

¿Cuál es la relación entre la transformación digital y el cambio cultural en las empresas?
No puede haber transformación digital sin un cambio cultural. Muchas organizaciones invierten en tecnología, en software, en herramientas ágiles, pero si la mentalidad de sus equipos sigue rígida, nada de eso sirve. La transformación digital empieza por la mente: por cómo las personas piensan, por cómo colaboran y por cómo enfrentan la incertidumbre.

El problema es que muchas veces se quiere cambiar la infraestructura sin cambiar la forma de trabajar. Se rediseñan oficinas, se crean espacios colaborativos, pero si la cultura sigue funcionando de manera jerárquica y rígida, el cambio no se concreta. La verdadera transformación ocurre cuando los equipos aprenden a hacer preguntas, a generar conversaciones productivas y a adaptarse con flexibilidad. No es solo cuestión de herramientas, sino de mentalidad.

¿Cómo pueden los líderes mejorar su capacidad de adaptación ante cambios disruptivos en el mercado?
Vivir incómodo es parte del proceso de adaptación. En sectores como el comercio exterior, donde las reglas pueden cambiar de un día para otro, no hay tiempo para aferrarse a lo conocido. Un buen líder debe aprender a gestionar la incertidumbre sin buscar excusas. No podemos esperar que el contexto se acomode a nuestras necesidades; al contrario, debemos encontrar la manera de navegarlo con las herramientas que tenemos.

La clave es dejar de pensar en el momento perfecto. No existe el escenario ideal. Lo que sí existe es la capacidad de actuar con lo que hay en cada momento. Para eso, contar con un buen equipo y apoyarse en personas que aporten nuevas perspectivas es fundamental. No se trata de tener todas las respuestas, sino de construir soluciones en conjunto y aprender a moverse en la incertidumbre con confianza y determinación.

¿Qué podemos hacer para sembrar una mentalidad de crecimiento en nuestro entorno?
Todo comienza con la reflexión. A veces estamos tan enfocados en el hacer que nos olvidamos de preguntarnos qué estamos aprendiendo. Cada día nos deja una enseñanza, pero solo si nos tomamos el tiempo de identificarla. Son pequeños hábitos que, con el tiempo, generan una mentalidad de crecimiento.

También es fundamental el reconocimiento personal. No podemos depender del aplauso externo para validar lo que hacemos. Lo más importante es poder cerrar el día con la certeza de que dimos lo mejor de nosotros mismos. Cuando nos enfocamos en mejorar un poco cada día, sin buscar la perfección, sino el progreso, nuestra propia música empieza a sonar mejor. Y cuando nuestra música suena bien, impactamos en el entorno de manera positiva.

Fuente: Infobae

Comparte esta noticia
Abrir chat
Hola
¿En qué podemos ayudarte?