La ONU ha descrito la situación en el norte de Gaza como una “pesadilla”, tras dos semanas de bombardeos israelíes que han devastado el enclave y provocado una grave crisis humanitaria.
El coordinador de la ONU para el proceso de paz en Oriente Medio, Tor Wennesland, condenó las “escenas horripilantes” que se están viviendo, con un alto número de muertes civiles y la casi total falta de ayuda humanitaria en la región. El bombardeo más reciente en Beit Lahia dejó 87 muertos y decenas de heridos, agravando el sufrimiento de los habitantes.
Las agencias humanitarias, como la UNRWA, han advertido que decenas de miles de personas están en grave peligro, atrapadas sin acceso a comida, agua potable o asistencia médica en el campamento de refugiados de Yabalia.
Los hospitales del norte de Gaza, rodeados y atacados por tanques israelíes, no pueden atender a más víctimas, mientras que las cifras de muertos y heridos siguen aumentando rápidamente.
La ofensiva israelí, que ha dejado más de 42.000 muertos y cerca de 100.000 heridos en el último año, ha generado una situación insostenible para los civiles en Gaza.
Ante esta devastación, la ONU pide el fin inmediato del conflicto, solicitando que se permita el acceso urgente de los equipos de rescate y ayuda humanitaria para salvar vidas en medio de una catástrofe humanitaria sin precedentes.