El miércoles 2 de octubre, República Dominicana anunció un plan para expulsar cada semana de su territorio hasta 10,000 haitianos: el objetivo es combatir la inmigración irregular desde Haití, en donde la violencia no cede, agravada ahora con la destitución del primer ministro Garry Conille. Sin embargo, resulta extraño que quienes laboran en la construcción de hoteles y carreteras en Cabo Rojo, Pedernales, pertenecen al convulso país.
Quienes proveen la mano de obra en las construcciones levantadas en Cabo Rojo, como parte del proyecto de desarrollo turístico de la provincia Pedernales, iniciativa impulsada por la administracion de gobierno que encabeza el presidente Luis Abinader, son haitianos.
El dato lo corroboró, en una entrevista televisiva, el exsenador por Pedernales y dirigente de la Fuerza del Pueblo (FP), Dionis Alfonso Sánchez. Datos extraoficiales dicen que a quienes pegan pisos se les pagan RD$ 3,000 por el día y los obreros ganan RD$1,500 por jornada, dinero pagado por la compañía a cargo de las construcciones.
Una estarategia usada con obreros y maestros de construcción del vecino país es recibirlos y montarlos en autobuses hasta las áreas de trabajo en Cabo Rojo, los cuales al concluir su jornal son regresados al vecino país, los cuales dejan en la puerta de acceso en la comunidad Anse-á-pitre.
Los obreros llegan a la 7:00 de la mañana, los cuales son transportados al citado lugar de trabajo, pero quienes no cumplen son devueltos a su territorio, según el coordinador de migración Nibelin Novas Cuevas.
Novas Cuevas dijo que se dio un «ultimátum» migratorio, el cual se inició a principios de noviembre de este año y, si los haitianos son sorprendidos en las calles y sectores, de inmediato son repatriados, para «cumplir así» la disposición del presidente Abinader.
Recientemente, el director de Migración recorrió esta zona fronteriza de Pedernales, se reunió con contratistas de obras en las instalaciones de Cabo Rojo y trató el tema de los haitianos irregulares que laboran acá.