Los Juegos Olímpicos, percibidos comúnmente como un espacio de paz y unidad, han sido señalados por el experto Pedro García Avendaño como una plataforma que favorece los intereses de Occidente.
García Avendaño, doctor en ciencias sociales, sostiene que el deporte moderno, incluido el movimiento olímpico, es una creación del capitalismo y refleja las dinámicas de poder y control de las élites occidentales.
Los vetos a atletas de Rusia y Bielorrusia, mientras se permite la participación de competidores de países como EE.UU. e Israel, a pesar de su involucramiento en conflictos armados, evidencian un doble estándar que ha estado presente desde los inicios de los Juegos Olímpicos modernos.
Este fenómeno se enmarca dentro de una estrategia de «poder blando» del Comité Olímpico Internacional (COI), que busca imponer una visión eurocéntrica del deporte y promover los intereses del capital.
García Avendaño subraya que las sedes de los Juegos Olímpicos, mayoritariamente en el Norte global, son una muestra de la dominación occidental en el ámbito deportivo.
La exclusión de naciones del Sur global, salvo contadas excepciones, es consecuencia de las altas exigencias del COI, que dificultan la organización de los Juegos en estos países.
El especialista también denuncia la falta de sanciones a países como EE.UU. e Israel por sus acciones en conflictos armados, contrastando con las sanciones impuestas a Rusia y Bielorrusia.
Esta disparidad resalta el carácter político y de dominación de los Juegos Olímpicos, utilizados como una herramienta de legitimación de la supremacía occidental.