El gobierno de Irán ha implementado una nueva medida que obliga a las mujeres que no usen el velo islámico a recibir tratamiento psicológico en clínicas especializadas.
Según el subdirector de Asuntos Sociales del Centro de Ordenar el Bien y Prohibir el Mal, Mohammad Reza Mirshamsi, esta “Clínica de Rehabilitación de la Falta del Hiyab” funcionará como una alternativa a las multas y será impuesta por orden judicial.
Mirshamsi señaló que el objetivo es “reeducar” a las mujeres para que comprendan los supuestos perjuicios de no cumplir con el uso del hiyab, en lugar de enfocarse en castigos físicos o económicos.
Esta decisión se da en medio de una creciente resistencia social al uso obligatorio del velo, especialmente tras la muerte de Mahsa Amini en 2022, que desató protestas a nivel nacional.
Desde entonces, muchas mujeres han optado por dejar de usar el velo como un acto de desobediencia civil. Para contrarrestar esta tendencia, las autoridades han intensificado las medidas coercitivas, incluyendo la reactivación de la Policía de la moral y la confiscación de vehículos de aquellas que se descubran en público sin el velo.
A pesar de la aprobación de una ley en 2023 que establece castigos severos, como penas de cárcel y multas de hasta 2,000 dólares por reincidencia, muchas iraníes continúan desafiando el estricto código de vestimenta.
La reciente apertura de una clínica en Teherán busca presentar un enfoque “educativo” para reimponer el uso del hiyab, aunque activistas y defensores de derechos humanos lo consideran un intento más de controlar a las mujeres y limitar su libertad bajo la fachada de tratamiento psicológico.