El presidente de Irán, Masud Pezeshkian, calificó los recientes bombardeos israelíes sobre Beirut como “crímenes de guerra” y acusó a Israel de llevar a cabo actos de “terrorismo de Estado”. Estos ataques, que dejaron seis muertos y 91 heridos, tuvieron como objetivo un edificio residencial en los suburbios de la capital libanesa, donde se encontraba la sede central de Hizbulá.
Según Pezeshkian, estas acciones son una muestra de la ineficacia de la comunidad internacional para detener la violencia israelí y representan una grave amenaza para la paz y seguridad regional.
Pezeshkian también llamó a todos los países, especialmente a las naciones islámicas, a condenar enérgicamente los ataques y a unirse en apoyo al “Eje de la Resistencia”, una coalición antiisraelí encabezada por Irán, que incluye a Hizbulá, Hamás y los hutíes en Yemen.
El mandatario reiteró el compromiso de Irán con esta alianza, que busca contrarrestar la influencia israelí en la región y defender los derechos de los pueblos palestino y libanés. Por su parte, el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kananí, también condenó los ataques y culpó a Estados Unidos por su apoyo militar a Israel.
Según Kananí, el gobierno estadounidense es cómplice de las acciones israelíes y debe rendir cuentas por su papel en la violencia que afecta a la región. Esta postura refleja la fuerte retórica antiisraelí y antiestadounidense que ha caracterizado a Irán en los conflictos de Medio Oriente.