El Gobierno de Pedro Sánchez atraviesa uno de sus momentos más críticos. Un masivo escándalo de corrupción, ya conocido como el “caso Koldo”, sacude al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) tras la filtración de audios y chats que revelan sobornos por al menos 620 mil euros y la utilización de prostitutas pagadas con fondos públicos. Las revelaciones, a cargo de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, provocaron una ola de indignación tanto dentro como fuera del oficialismo.
Los mensajes recuperados del teléfono del asesor Koldo García, mano derecha del exministro José Luis Ábalos, exhiben un patrón de conducta sistemático. En ellos se detallan pagos bajo conceptos como “fiestas”, “la puta del otro día” o “mamadas”, e incluso una lista de contactos femeninos bajo títulos como “equipo de brasileñas”. Según la UCO, estas mujeres eran utilizadas para agasajar a contratistas en encuentros organizados en pisos turísticos de Madrid.
Las conversaciones incluyen referencias explícitas al “intercambio de mujeres para el fin de semana” entre Ábalos y García, y menciones denigrantes a supuestas trabajadoras sexuales, incluyendo nombres como “Ainara”, “Ariatna” o “Carlota”. Una de las mujeres más mencionadas es Anaís, alias Letizia Hilton, actriz porno que también aparece en varios videos junto al actor porno Jordi “El Niño Polla”. Durante un allanamiento, Anaís fue descubierta intentando esconder un disco duro entre su ropa en la vivienda de Ábalos.
El escándalo no solo expone prácticas delictivas, sino también una hipocresía política alarmante: el PSOE, que promueve una ley para abolir la prostitución y se declara feminista, enfrenta acusaciones que lo vinculan con la explotación sistemática de mujeres como “moneda de cambio”. Pedro Sánchez calificó los hechos como “gravísimos”, pidió disculpas públicas y anunció una auditoría interna y cambios en la cúpula del partido, aunque descartó su renuncia.
Un poder manchado y desgastado
Desde el propio oficialismo, figuras como Pilar Bernabé calificaron los hechos como “repugnantes”, mientras que ministras y referentes feministas del PSOE exigen endurecer el código ético del partido. La oposición, por su parte, redobló la presión: el PP y Vox exigen elecciones anticipadas, tildan al Gobierno de “corrupto” y acusan a Sánchez de haber perdido la confianza ciudadana. Incluso desde Sumar, socio de coalición, se manifestaron duras críticas hacia la gestión del escándalo.
Este caso se suma a otros episodios recientes que afectan al PSOE. Entre ellos, el “caso Mediador”, que involucró al exdiputado Juan Bernardo Fuentes Curbelo, alias “Tito Berni”, en una red de favores a cambio de sobornos, fiestas con prostitutas y consumo de drogas. También se recuerdan los casos ERE y FAFE en Andalucía, en los que se desviaron fondos públicos hacia fiestas y servicios sexuales, debilitando aún más la credibilidad del partido.
En las últimas horas, Pedro Sánchez mantuvo reuniones con representantes de Sumar, Junts, ERC, Bildu y otros socios, tratando de evitar una crisis institucional mayor. Aunque algunos socios manifestaron públicamente su enojo, por ahora el Gobierno descarta un adelanto electoral y cree haber sorteado el primer cimbronazo.
Mientras tanto, la tensión sigue escalando. Este jueves, un canal de Telegram con más de 90 mil seguidores filtró datos personales de siete ministros socialistas, incluidos sus domicilios, DNI y teléfonos. La Policía Nacional ya investiga el caso.
Fuente: Perfil