Explosión del e-commerce en Argentina: una gran oportunidad para las pymes

A esta altura, ya es indiscutible: el e-commerce está atravesando un momento de exponencial crecimiento en la Argentina, y sobran números para sostener esa afirmación. Según la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), la facturación del comercio electrónico en el país durante 2024 creció ¡un 181%! Nada menos que 22 billones de pesos. En cuanto a la cantidad, las órdenes de compra aumentaron un 5 %, mientras que el ticket promedio se incrementó un 176 %. Literalmente una explosión.

El contexto nacional cambió. Hoy el país está abierto a las importaciones y, aunque está claro que eso supone desafíos para la producción, también es claro que representa una enorme oportunidad para quien quiera y sepa aprovecharla.

Mejorar para crecer

Desde luego, todo crecimiento conlleva desafíos. Por un lado, siempre es una buena noticia que el mercado esté en expansión. Las plataformas existentes no paran de crecer y cada vez hay más jugadores diversificando la oferta. Incluso aparecen nuevas categorías emergentes de productos que van más allá de los clásicos, como ropa o belleza, que amplían horizontes desde y hacia el exterior.

Sin embargo, por otro lado, este cambio provoca una tensión en la infraestructura logística nacional. Son desafíos que hay que sortear, por supuesto. Pero hay mucho para mejorar. Especialmente en dos puntos nodales para nuestra logística argentina: el polo logístico de Ezeiza y la Aduana.

Algunos expertos sostienen que el espacio para la circulación de este nuevo tsunami de paquetería en Ezeiza sobrepasó la capacidad y que los sistemas no están integrados en su totalidad, lo que puede generar trastornos. Otros, en cambio, consideran que el verdadero cuello de botella está en la Aduana ya que todavía no hay declaración anticipada y se carga a mano cada posición arancelaria, lo que resulta en un proceso muy lento que afecta la experiencia y la promesa de entrega.

Desde luego, los couriers tienen que ir adaptándose a este nuevo modelo de trabajo, con sus ventajas y sus limitantes. Y, en efecto, todas las empresas están tratando de innovar, especialmente en la última milla, descentralizando los centros de distribución y mejorando la operación en el polo logístico de Ezeiza.

Oportunidad para las pymes

Claro que cuando alguien piensa en e-commerce y sobre la apertura del país, lo primero que puede pensar (con algo de razón) es que eso perjudica a la industria nacional: si entran productos importados a menores precios, los nacionales no podrán competir. Pero la realidad es que también puede significar una oportunidad, si se izan las velas en la dirección correcta para transformar el tornado en impulso.

Entonces, ¿hay algo que las pymes puedan hacer para subirse a la ola del e-commerce en este contexto de crossborder?

Esa misma pregunta se hacía una amiga mía que, casualmente, tiene una pyme.

Lo primero que me surgió decirle, desde mi experiencia y mi intuición basada en el conocimiento, es que yo veía una gran oportunidad para las pequeñas y medianas empresas, más allá de la coyuntura sobre la fabricación nacional y la competencia de la importación. Es la oportunidad de escalar más rápido y tener mayor alcance. Es el momento de vender afuera. Y eso me parece buenísimo para las pymes.

Lo segundo que le transmití, desde mi formación y desde el conocimiento de muchos casos de éxito, es que hay una digitalización que las pymes tienen que hacer, al igual que una optimización logística. Necesitan entrenarse en estas cuestiones. Por caso, las pymes pueden hacer alianzas estratégicas con operadores logísticos, empresas en las que pueden tercerizar esa parte que no quieren o no pueden resolver. Y también hay una capacitación que tienen que procurarse para lograr este alcance. Hablo de una capacitación tecnológica. Hoy, con la inteligencia artificial, la optimización de procesos y el marketing digital pueden optimizar ventas, aprovechar esta ola del e-commerce y sacarle mucho provecho.

Pero yo también me pregunté si eso era todo, si acaso no había que transitar otros caminos que yo no estaba considerando. Por eso llamé a un colega al que considero una de las personas que más sabe de e-commerce en América Latina, y le pregunté qué es lo que para él podían hacer las pymes para sacar mejor provecho de esta realidad.

Tal como yo afirmaba, su primera clave era “hacer un proceso de digitalización”. “Hoy una pyme tiene mucha más capacidad de escala, de alcance. Cuando vas aumentando el alcance y lo hacés con mucha variabilización y con la eficiencia que te permite el e-commerce, la cuenta te da mejor”, aseguró.

Y, en segundo término, explicó que los empresarios pyme tienen que adoptar cada vez más herramientas de formación y que, para ello, una buena alternativa es acudir a las cámaras sectoriales específicas de cada negocio. “Hay que acercarse más a las cámaras, como pueden ser las cámaras vinculadas al comercio digital, como la CACE. Además, hay determinados ecosistemas de negocios que tienen un verdadero arsenal de herramientas. A las pymes les permite, con un bajo costo de implementación, llevar adelante su negocio”, me contó.

En síntesis, la digitalización hoy les permite a las pymes tener un alcance mayor y les permite variabilizar más, bajando los costos fijos. Y tienen que aprovechar la cada vez mayor disponibilidad de herramientas de formación.

El mercado del e-commerce está creciendo, no solo porque la gente lo utiliza más, sino porque cada día se suman nuevos usuarios al otro lado de las fronteras. Todo el mercado argentino debe adaptarse para asimilar esa expansión. Las pymes pueden aprender de los grandes jugadores, pero hay numerosas maneras de salir a competir y quedarse con una porción cada vez mayor. Conocerlas, adaptarlas y ejecutarlas es el gran desafío.

Fuente: NewsWeek

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