La explosión del megacohete Starship de SpaceX, dirigido por Elon Musk, durante un vuelo de prueba en noviembre de 2023, causó un agujero temporal sin precedentes en la ionosfera de la atmósfera terrestre.
Según un estudio realizado por científicos rusos, esta detonación creó un agujero que duró entre 30 y 40 minutos antes de que la atmósfera se recuperara.
La explosión del cohete produjo ondas de choque que afectaron la ionosfera, dispersando temporalmente electrones libres y alterando las propiedades del plasma.
El fenómeno fue inesperado para los investigadores, ya que las ondas de choque se propagaron hacia el norte, en lugar del sur, como es habitual en los lanzamientos espaciales.
El equipo destacó que la explosión fue la causa principal del agujero, más que el impacto del combustible no quemado, lo que convierte este evento en algo nunca antes registrado por la ciencia.
Además de este agujero en la atmósfera, los vuelos de prueba de Starship también han generado preocupaciones ambientales.
En un informe de junio de 2024, se señalaron daños a la fauna local, como los nidos de aves cercanos a la plataforma de lanzamiento, lo que ha suscitado críticas sobre el impacto ecológico de las pruebas.