Lo que debía ser una noche de celebración en la ciudad china de Liuyang se convirtió en caos cuando un espectáculo de drones por el Día Nacional de China terminó en una inesperada lluvia de fuego sobre los asistentes, generando pánico y dejando varias personas con quemaduras leves.
Las imágenes del accidente, difundidas en redes sociales, muestran el momento en que la coreografía aérea se descontroló, provocando la caída en cascada de los dispositivos y esparciendo chispas ardientes sobre la multitud. La emergencia ha reavivado el debate sobre la seguridad de estos eventos tecnológicos, cada vez más comunes en festividades multitudinarias.
Según una investigación preliminar publicada por Le Figaro, un fallo técnico en el sistema de control habría sido el origen del accidente. Las autoridades locales confirmaron la apertura de una investigación oficial y anunciaron la suspensión inmediata de todos los espectáculos de drones en Liuyang hasta que se implementen medidas de seguridad adicionales.
La tragedia golpea especialmente a esta ciudad, reconocida como la capital mundial de los fuegos artificiales y responsable de cerca del 60% de la producción global de pirotecnia. Su reputación en materia de espectáculos está ahora bajo fuerte escrutinio.
Expertos señalan que la seguridad de este tipo de shows depende de pruebas exhaustivas, monitoreo en tiempo real y delimitación de zonas seguras para evitar el contacto directo con el público. Además, destacan la importancia de contar con protocolos de emergencia claros y personal técnico capacitado para responder de inmediato ante fallos.
Mientras tanto, las autoridades recomiendan a los asistentes de este tipo de espectáculos que, en caso de incidentes, busquen refugio bajo techo, protejan su piel y cabeza, y se alejen rápidamente de la zona de caída. Si alguien resulta herido, incluso con lesiones leves, debe acudir de inmediato a un centro médico para evitar complicaciones.
El accidente en Liuyang, que ya es tendencia en redes sociales, deja al descubierto la cara más peligrosa de estos eventos y abre un nuevo interrogante sobre el futuro del uso recreativo de drones en espectáculos masivos.