El ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, manifestó su respeto por la decisión de Venezuela de llamar a consultas a su embajadora en Madrid, tras las recientes declaraciones de la ministra de Defensa española, Margarita Robles, quien calificó al gobierno venezolano como una “dictadura”.
Albares, sin repetir el término utilizado por Robles, sostuvo que “Venezuela es un país hermano” y subrayó el interés de España por mantener relaciones positivas con el país sudamericano en beneficio de ambas naciones.
Este cruce diplomático se produjo en un contexto de tensión luego de la llegada a España del opositor venezolano Edmundo González, quien busca asilo tras huir de Caracas.
González, que enfrenta investigaciones judiciales en Venezuela, fue recibido en una reunión privada por el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y el propio Albares, lo que ha generado incomodidad en Caracas. La reacción del gobierno venezolano también incluye la convocatoria del embajador español en Caracas, Ramón Santos.
El incidente diplomático también coincide con la aprobación de una proposición no de ley en el Congreso español, impulsada por el Partido Popular, que insta al gobierno de Sánchez a reconocer a González como “presidente electo” de Venezuela, a pesar de que este perdió los comicios de julio.
El gobierno español, por su parte, ha adoptado una postura neutral, exigiendo la publicación de las actas de las elecciones, sin reconocer ni a Nicolás Maduro ni a Edmundo González como vencedores.