Es muy extraño que una presidenta no tenga asesores que le indiquen que un discurso debe ser breve y conciso, precisamente porque el nivel de máxima atención del ser humano difícilmente exceda los 30 minutos. Sin embargo, ayer, Dina Boluarte, la mandataria de Perú habló durante cinco horas en el recordatorio de la fiesta patria.
Lo más interesante para el país y el mundo es que dijo: “Como manda la Constitución, en abril próximo, convocaré a elecciones generales. Así, el Perú revitalizará su institucionalidad y su democracia, mediante el acto soberano de los ciudadanos para elegir a sus autoridades. Nuestro deber como gobierno será asegurar orden, paz y libertad en ese proceso fundamental de nuestro sistema democrático. Mientras tanto, tenemos grandes retos en el futuro inmediato. Soy consciente que aún falta mucho por hacer para reducir la pobreza y la desigualdad que golpea a tantos hogares humildes, para mejorar la salud y la educación, para frenar la delincuencia y el crimen que afecta a las familias y a los pequeños empresarios. Hoy reafirmo mi compromiso de seguir trabajando incansablemente para sacar adelante a la patria, con transparencia y apertura, escuchando las voces críticas, promoviendo siempre el diálogo y el consenso y poniendo por delante los intereses del país”.
Además afirmó que aumentará el Sueldo Mínimo, cambió el nombre del Ministerio del Interior, subió sueldos a la PNP y Fuerzas Armadas, reducirá ministerios pero creará el Ministerio de la Infraestructura, entre otros temas. Estimó que la economía de Perú crecerá más de 3,1 por ciento previsto, destacó la “estabilidad política” y exhortó a empresarios de otras latitudes a que inviertan en su país. En forma contradictoria aseguró que la “inestabilidad política” generó un aumento de la delincuencia.