El último informe de “Actualización de Perspectivas de la Economía Mundial” del FMI destaca un fenómeno clave que impacta de lleno en la actividad logística global: el adelantamiento de operaciones comerciales ante la expectativa de aumentos arancelarios en Estados Unidos. Este comportamiento, observado tanto en empresas como en consumidores, impulsó el crecimiento del comercio internacional en el primer semestre del año, pero también generó distorsiones que podrían derivar en una desaceleración significativa en los próximos meses.
“El comercio y la inversión internacionales impulsaron la actividad, mientras que el consumo privado fue más moderado”, señala el informe. Pero advierte que el crecimiento observado no responde a una fortaleza estructural, sino a “distorsiones introducidas por los aranceles”. Esto implica que el impulso sería transitorio y que la normalización posterior podría repercutir en una caída de la demanda de servicios logísticos globales.
Riesgo de sobrestock y menor demanda logística
Una de las principales advertencias del organismo multilateral es el riesgo de que muchas empresas se enfrenten ahora a un exceso de inventarios. “Un posible exceso de existencias podría reducir los pedidos de importaciones más de lo proyectado. Las empresas podrían verse afectadas por un aumento del costo de mantenimiento y por pérdidas por obsolescencia”, indica el informe.
Este escenario puede traducirse, a nivel operativo, en una caída del volumen transportado y una menor rotación en centros logísticos, especialmente en sectores como electrónica, farmacéutica, automotriz y bienes de consumo durables, que anticiparon compras por temor a medidas proteccionistas.
Nuevas amenazas: cuellos de botella, inflación y disrupciones geopolíticas
El FMI también advierte que un eventual retorno de los aranceles anunciados en abril por Estados Unidos —o incluso la imposición de tasas superiores, como el 50 % al cobre que figura en cartas enviadas a socios comerciales— podría reactivar tensiones logísticas. El impacto no solo afectaría al comercio bilateral con China, sino que podría extenderse a otros socios globales y sectores sensibles.
Además, las “medidas no arancelarias dirigidas a insumos críticos” podrían generar nuevos cuellos de botella en la cadena de suministro global. Según el informe, si estas restricciones se combinan con comportamientos empresariales imitativos —por ejemplo, ajustes de precios en bloque—, podrían provocar efectos inflacionarios persistentes con consecuencias directas sobre los costos logísticos.
Las tensiones geopolíticas, particularmente en Oriente Medio y Ucrania, también son señaladas como factores de alto riesgo. “Las rutas marítimas y las cadenas de suministro podrían verse alteradas, en especial si las infraestructuras sufrieran daños”, alerta el FMI, lo que reavivaría las presiones inflacionarias en sectores sensibles a las disrupciones del transporte marítimo.
Volumen comercial: alza transitoria y posible freno en 2026
El volumen del comercio mundial fue revisado al alza para 2025 (+0,9 puntos porcentuales), impulsado justamente por el adelantamiento de operaciones. Sin embargo, se prevé una caída en 2026, lo que implicaría un ajuste logístico posterior. Este comportamiento cíclico también pone en jaque las proyecciones para la expansión de servicios de transporte, almacenamiento e infraestructura.
En este contexto, el debilitamiento del dólar —contrario a lo esperado por los aranceles y mayores déficits fiscales— puede tener efectos dispares. Mientras encarece las importaciones estadounidenses (impactando en costos logísticos locales), puede beneficiar la competitividad de exportaciones desde regiones como América Latina, con efecto positivo en sus operaciones logísticas si la demanda externa se mantiene.
América Latina: crecimiento moderado en contexto de alta incertidumbre
Para la región, el FMI proyecta un crecimiento del 2,2 % en 2025 y 2,4 % en 2026. Aunque se trata de cifras moderadas, la mejora de condiciones externas —incluyendo la menor presión del dólar y el posible reposicionamiento exportador ante cambios geopolíticos— puede abrir oportunidades logísticas, especialmente si los países logran posicionarse como proveedores alternativos.
No obstante, el informe enfatiza que “la elevada incertidumbre acerca de la política comercial podría empezar a trabar más la actividad”, afectando las decisiones de inversión y expansión logística.
Políticas y reformas: claves para la resiliencia
Ante este panorama, el FMI insiste en la necesidad de marcos comerciales claros, reformas estructurales, coordinación internacional y políticas industriales focalizadas que no distorsionen las cadenas globales. También sugiere fomentar acuerdos que reduzcan las barreras al comercio, incluyendo servicios digitales y movilidad de inversión extranjera, para sostener la resiliencia de la cadena logística global ante nuevos shocks.
Fuente: Movant