Mañana 6 de julio se inaugurará la cumbre de los BRICS, bloque que agrupa a algunas de las economías más destacadas del mundo, entre ellas, Brasil y China. En un contexto global marcado por tensiones comerciales, especialmente debido a las tarifas impuestas por Estados Unidos, este encuentro se presenta como una oportunidad crucial para reconfigurar las relaciones comerciales y fortalecer la cooperación entre sus miembros.
Las políticas arancelarias de Estados Unidos han afectado de manera significativa a potencias manufactureras que son parte de este grupo. Con el objetivo de mitigar el impacto de estas sanciones, China y Brasil están intensificando sus esfuerzos por crear lazos comerciales más sólidos entre ellos y con otros miembros del BRICS. Esta estrategia podría permitirles acceder a mercados más amplios y diversificados, reduciendo la dependencia de los mercados occidentales.
Reconfiguración del comercio global
El enfoque hacia mercados internos y regionales se vuelve cada vez más relevante. En este sentido, el BRICS busca establecer un nuevo paradigma que permita a sus miembros beneficiarse mutuamente. La cumbre de este año se centrará en discutir cómo optimizar el comercio intra-bloque, así como en la creación de mecanismos que faciliten la inversión y el intercambio de bienes y servicios.
Este movimiento responde no solo a las presiones externas, sino también a la necesidad de los países en desarrollo de encontrar alternativas viables a un sistema económico global que, en muchas ocasiones, no favorece su crecimiento. La colaboración entre China y Brasil puede ser un ejemplo de cómo las economías emergentes pueden unirse para competir con las potencias tradicionales. Se espera que esta cumbre sea un punto de inflexión en la manera en que estos países se relacionan en el ámbito comercial.
El interés por establecer nuevas alianzas y potenciar el comercio entre naciones del BRICS es un reflejo de un cambio en la dinámica económica internacional. A medida que el bloque avanza hacia una mayor integración, se abre la puerta a un futuro donde las economías emergentes juegan un papel más protagonista en el comercio global.
Fuente: La República.Es