El ejército de Bangladesh ha anunciado la formación de un gobierno interino tras la dimisión y huida del país de la primera ministra Sheikh Hasina, quien había gobernado el país durante casi dos décadas.
La salida de Hasina se produjo después de semanas de protestas letales contra su gobierno, que culminaron en una noche de violencia el domingo, dejando casi 100 muertos y forzando la imposición de un toque de queda. La dimisión de Hasina parece haber evitado un mayor derramamiento de sangre y ha desactivado la alta tensión en Dacca.
En un discurso a la nación, el jefe del ejército, general Waker-Uz-Zaman, anunció que el gobierno interino gobernará Bangladesh y pidió calma a la población. Grandes multitudes, ignorando el toque de queda, asaltaron el palacio del primer ministro en Dacca, celebrando la dimisión de Hasina.
Según informes de medios de comunicación indios, Hasina aterrizó en la base aérea de Hindon, cerca de Nueva Delhi, en un avión de la Fuerza Aérea de Bangladesh. Las semanas de protestas y la noche de violencia han resultado en casi 300 muertos, aumentando la incertidumbre sobre el futuro político del país.
La renuncia de Hasina ha cambiado drásticamente el clima en las calles de Dacca, donde la tensión ha dado paso a una atmósfera de celebración. Sin embargo, la violencia continúa con al menos 20 personas más fallecidas en enfrentamientos entre manifestantes y grupos rivales.
Mientras la situación se estabiliza, la atención se centra en quién tomará el control de Bangladesh y cómo se gestionará la transición en este país del sur de Asia, marcado por recientes disturbios y descontento popular.