Día Mundial del Medio Ambiente y por casa, ¿cómo andamos?

Por Néstor Saavedra

Matemos todo, contaminemos todo, destruyamos todos los árboles: así vivíamos los seres humanos en 1972, con muchísima menos información que en la actualidad, es decir, cuando éramos más ignorantes. El 5 de junio de ese año, en Estocolmo, Suecia, se inició la primera conferencia mundial que trataba un tema que empezaba a preocupar: el medio ambiente.

Hoy el mundo duplicó su población, nos sobra la información a través de internet y, sin embargo, seguimos desconsiderando la ecología, palabra que es toda una descripción ética: el estudio de la oikós, de la casa, de nuestra casa. ¿Por qué nos gusta comer, dormir, vivir en una casa limpia, pero no tenemos problemas en tirar papeles en la calle o arruinar la parte del mundo que compartimos con otros?

La mejor manera de celebrar este Día Mundial del Medio Ambiente es enseñarles a nuestros hijos a cuidarlo, pero con el ejemplo. Algunas ideas:

  • Reciclemos los productos que consumimos: papel, plástico y otros materiales.
  • Utilicemos racionalmente el agua potable: cerremos los grifos que no usamos y controlemos las fugas.
  • Plantemos árboles en nuestra comunidad.
  • Sustituyamos el uso de vehículos de combustión por una bicicleta o caminar.
  • Usemos pilas y baterías recargables.
  • Separemos los residuos sólidos orgánicos e inorgánicos. No tiremos basura en la calle.
  • Aprovechemos la luz natural para reducir el consumo de energía eléctrica y apagar las luces que no estemos utilizando.
  • Consumamos frutas, vegetales y verduras que no contengan fertilizantes, ni otros productos contaminantes.
  • Desenchufemos los aparatos eléctricos que no utilicemos.
  • Regulemos el uso el consumo de energía de la calefacción y el aire acondicionado, ajustando el termostato.

El «sálvese quien pueda» solo es una forma de destruirnos más rápidamente. Somos una sociedad, nos guste o no nos guste. Cada aporte al cuidado de «la casa» es importante. Las excusas de que «el otro no hace nada» o»el Estado no da el ejemplo», sean ciertas o falsas, son solamente eso: excusas.

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