El Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU ha publicado un informe preliminar indicando que existen indicios creíbles de un uso excesivo e innecesario de la fuerza en la represión de las protestas antigubernamentales en Bangladés.
Las fuerzas policiales y paramilitares han sido acusadas de utilizar la fuerza de manera indiscriminada, incluso contra manifestaciones pacíficas.
Se han reportado el uso de balas de goma, granadas de sonido y munición letal real, incluyendo perdigones, pistolas y rifles, lo que constituye un uso desproporcionado de la fuerza.
El informe también menciona denuncias sobre el uso de helicópteros y vehículos con logotipos falsos de las Naciones Unidas para misiones de mantenimiento de la paz, empleados para atacar a los manifestantes.