Un denunciante anónimo conocido como John Doe ha acusado públicamente a Sean “Diddy” Combs de haberlo drogado y agredido sexualmente durante una de sus fiestas en 2007.
En una entrevista con CNN, el hombre relató que Combs le ofreció bebidas adulteradas con GHB y éxtasis, lo que lo dejó incapacitado para defenderse. Según su testimonio, el ataque ocurrió en un vehículo tras una de las conocidas “White Party” en los Hamptons.
El denunciante asegura que este episodio ha tenido un impacto profundo en su vida y criticó la indiferencia de sus supervisores cuando denunció el incidente.
La defensa legal de Combs ha negado rotundamente las acusaciones, calificándolas como infundadas. Sin embargo, el magnate enfrenta una creciente ola de demandas civiles y cargos federales relacionados con tráfico sexual y abuso, algunos de los cuales podrían acarrear cadena perpetua.
Además, nuevas acusaciones han salido a la luz, incluyendo un caso que implica a Jay-Z, quien también ha sido señalado por una mujer que asegura haber sido agredida cuando tenía 13 años.
Tanto Combs como Jay-Z han rechazado estas alegaciones, defendiendo su inocencia y cuestionando la veracidad de las demandas.
El abogado Tony Buzbee, quien representa a varias víctimas, ha señalado que más de 100 nuevas demandas podrían ser presentadas contra Combs, aunque él mismo enfrenta acusaciones de extorsión por parte de una celebridad masculina.
Mientras tanto, Combs permanece detenido sin derecho a fianza en espera de juicio en mayo de 2025. Este caso sigue generando un debate público sobre el abuso de poder en la industria del entretenimiento y la búsqueda de justicia para las víctimas.